05. EL ROMPECABEZAS
Gloria observaba atentamente la fila de cajas ante ella. ¿Cómo escoger? ¡Había tantos! Cerró los ojos por unos segundos pensando que el azar le mostraría la mejor opción. Al abrir los párpados tenía en las manos un rompecabezas de gatitos que jugaban con una bola de lana rosa. Lo dejó en la repisa otra vez. Sólo de pensar las horas que pasaría encajando las piezas de aquel rompecabezas le venía un escalofrío… Para Gloria los rompecabezas eran algo más que un simple pasatiempo, eran una manera de encontrar una calma mental que no podía encontrar de ninguna otra manera. Abrir una caja llena de piezas que esperan a alguien que las encadenara era un momento de felicidad suprema para Gloria y hoy necesitaba uno de esos momentos. Resopló porque no le gustaba ninguno de los que había en el aparador pero cuando ya había decido marchar, los ojos se pararon en una caja medio escondida al final de la repisa. Parecía que hacía tiempo que la esperaba. La cogió y sonrió satisfecha. Era un mapa...